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viernes, 30 de enero de 2015

De Oruga a Mariposa



Técnica Metamórfica - De oruga a mariposa


La técnica metamórfica te ayuda a reconocer y aceptar los bloqueos inconscientes desde el momento de la concepción hasta el momento actual, ayudándote en tu proceso de transformación y liberación.

Esta técnica fue desarrollada por Robert St. John a principios de la década de los sesenta, y está basada en la reflexología podal. Parte del principio de que es durante el período de gestación (los nueve meses de embarazo) cuando, en gran medida, quedan establecidas nuestras estructuras físicas, mentales, emocionales y de comportamiento.

Durante los nueve meses de embarazo, nos vemos sometidos a la influencia de innumerables factores, como la forma de ser de nuestros padres, el entorno cultural y físico donde viven o las emociones que experimentan con respecto a las circunstancias que le rodean durante este periodo, especialmente por parte de la madre.
Es durante el desarrollo de esta etapa donde se generan nuestros primeros bloqueos que, posteriormente, derivaran en desequilibrios a nivel físico, emocional y mental.

A través del trabajo sobre los puntos espinales de pies, manos y cabeza, es posible volver a reactivar la fuerza esencial de la vida de la persona, al conectar con toda la información inconsciente que se graba durante la vida intrauterina, liberando así el flujo de energía vital que había quedado obstruido durante dicho periodo.

HISTORIA DEL MASAJE METAMÓRFICO.

Si nos detenemos unos instantes a mirarnos los pies, nos resultarán físicamente curiosos: estructuras frágiles y delicadas que cargan con todo nuestro peso corporal, nos transportan y nos mueven durante toda la vida.  Los pies nos parecen entidades separadas de nuestro cuerpo y en raras ocasiones le prestamos atención. Sin embargo, nos erguimos, caminamos, corremos y nos movemos sobre ellos cada día y durante toda nuestra vida.


La zona que va desde la pelvis hasta los pies, refleja nuestra capacidad de movimiento, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Físicamente, la pelvis, es la zona del nacimiento; psicológicamente, es el área en la que somos capaces de darnos vida a nosotros mismos, de deshacernos de viejos patrones y pasar a nuevas áreas. Nuestros pies reflejan nuestra posición en el mundo, nuestro equilibrio interior. Conforman nuestra base, nuestros cimientos y sobre ellos, encontramos el equilibrio, nos apoyamos y nos alzamos. Son nuestro vínculo con la tierra, nuestro puente entre esferas más elevadas y ámbitos más mundanos. Ahora que la importancia de nuestros pies se hace más evidente, te preguntarás cómo ha sido reconocida esta relevancia...
Hace cinco mil años, los chinos observaron que ciertas partes del cuerpo se comunicaban con el mundo exterior, y que la naturaleza de esta conexión difería según la parte corporal empleada. En el momento en que nos erguimos sobre nuestros pies, se plasmó la polaridad entre el cielo y la tierra, el ying y el yang. A partir de esta observación, los chinos descubrieron que ciertas zonas reflejan el cuerpo, creando un microcosmos que refleja todo lo que sucede en el organismo.


Aparece entonces la denominada Terapia de zonas. Parte de la base de que todos los órganos cuentan con puntos reflejos que marcan una correspondencia entre cada órgano y otras partes del cuerpo, entre los que destacan pies, manos y cabeza. Este método fue redescubierto por el doctor William Fitzgerald a comienzos del siglo XX. Éste descubrió que en el cuerpo existen diez zonas longitudinales que se extienden desde la cabeza hasta los extremos de manos y pies, formando secciones en las que se sitúan los órganos del cuerpo. Sus investigaciones confirmaron que masajeando un dedo de la mano o del pie, las partes del cuerpo reflejadas en el área correspondiente recuperaban su funcionamiento fisiológico normal, y ello producía una activación del flujo energético de toda la región.
Su trabajo avanzó un paso más durante los años 30, gracias a otro norteamericano, Eunice Ingham, el creador de la reflexología, un masaje de compresión que difiere mínimamente de la técnica china. La reflexología se basa en el principio de que los pies reflejan el cuerpo entero. Masajeando zonas específicas de estos, podemos reestablecer la armonía y equilibrio de distintas partes del cuerpo, al estimular el flujo energético.

Esta técnica demuestra que los pies reflejan el resto el cuerpo, y que los resultados obtenidos no se consiguen a través de la actividad del sistema nervioso o circulatorio, ya que no existen vínculos directos entre los órganos y los pies. Esto sugiere que la capacidad para curarnos a nosotros mismos reside en nuestro sistema energético.

A partir de esta técnica, Robert St. John, naturopata británico, la evoluciona hasta llegar a la terapia prenatal. Insatisfecho con las prácticas terapéuticas naturales de su época, ya que consideraba que estas no reconocían que los factores causales de la enfermedad surgen del propio individuo, sugiere entonces que, en cierto grado, somos nosotros los que provocamos nuestro propio estrés, y esto a su vez, provoca un efecto adverso tanto a nivel físico como psicológico.

Explorando las posibilidades de tratamiento a través de los pies, descubrió que las enfermedades físicas se correspondían con un bloqueo en el área refleja de la columna, con lo que confinó su tratamiento a dichas zonas observando mejores resultados y considerando por tanto innecesario el trabajo sobre el resto de los pies. En este momento, llega a la conclusión de que los patrones de estrés formados durante este período continúan ejerciendo una influencia sobre lo que somos el resto de nuestra vida, ya que en este momento se establecen nuestras características físicas, mentales, emocionales y de comportamiento.

Gracias a este descubrimiento, y basándose en el alivio del estrés del cuerpo a través de la manipulación de los pies de la reflexología, establece posible liberar los bloqueos energéticos establecidos durante el periodo prenatal trabajando sobre los puntos reflejos espinales; de ahí el nombre de terapia prenatal.

Robert St. John se refirió a su trabajo como metamorfosis, reconociendo con ello los cambios radicales y de gran alcance que tenían lugar de forma natural en el interior del individuo. Más tarde, Gastón Saint-Pierre, alumno de Robert St. John le daría el nombre de Técnica metamórfica, creando en 1979 la Asociación Metamórfica. 

 por este y un grado profundo de relajación física y mental, lo que la convierte en una técnica anti-estrés con excelentes resultados.


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