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viernes, 30 de enero de 2015

Masaje Metamorfico

 MASAJE METAMÓRFICO.


Desde el momento de la concepción, el nuevo ser vivo trae la información genética completa, heredada de millones de generaciones. Los 9 meses del desarrollo dentro del vientre materno van a influir de forma decisiva en la base física y emocional de la persona. Cualquier  disgusto,  mala alimentación o enfermedad de la madre quedarán impregnados en el feto. En este momento se crean los cimientos de la persona que le servirán de base el resto de su vida.

Cuando el embrión está en pleno proceso de formación es muy susceptible a cualquier cambio que se produzca en su pequeño universo. A través de la madre el niño se alimenta y respira, también los pensamientos y sentimientos que ella tenga llegarán al feto.
La técnica metamórfica entra dentro de las terapias holísticas, que consideran al ser humano como un todo. Por ello no vamos a tratar los problemas del paciente de una forma en concreta. El terapeuta es un catalizador del proceso y actuará como mero observador. Al entrar en contacto con el paciente cambias su frecuencia y esto afecta a su vida. Será la propia persona la que pondrá en acción todos los mecanismos homeostáticos y se curará por ella misma. La técnica Metamórfica va un poco más allá proponiendo a la vida como el gran sanador.

En la mayoría de las terapias, cuando realizamos una sesión ponemos intención en la curación. Con la técnica metamórfica buscamos que el paciente desarrolle al máximo su potencialidad, sea de la forma que sea. No buscamos un objetivo en concreto, dejamos libertad al paciente para que este se desarrolle al máximo. De esta forma es el paciente el que determina la progresión de su tratamiento.

¿Cuáles son los efectos de esta terapia?

Los efectos quedan plasmados en un cambio en nuestro modo de ser. Se trata de un movimiento que nos impulsa desde nuestra identidad actual hasta la que potencialmente podemos alcanzar, y que depende de que nos liberemos de nuestros viejos patrones.
Los cambios no son inmediatos pero tienden a ser permanentes. El ritmo de los mismos será el que más convenga a la persona en ese momento de su vida.
El efecto del masaje es placentero, relajante y sin que lo notemos o apenas darnos cuenta se van produciendo lentamente los cambios. A veces el paciente no los nota, pero sí su entorno, por ejemplo, con un nuevo modo de actuar ante los demás, una reacción distinta a la normal, etc.

¿Cómo es una sesión?

Durante una sesión de masaje Metamórfico se realiza una suave caricia en el borde interior de los pies, las manos y la cabeza. En estas zonas se encuentra reflejada la  estructura temporal del periodo de gestación del individuo. Masajeando esas partes del cuerpo accedemos a ese precioso periodo y ayudamos a que el paciente libere esos primeros bloqueos de los que no es consciente y que han marcado el resto de su vida.

El tratamiento comenzará con sesiones semanales de una hora en el caso de los adultos. Comenzaremos trabajando cada pie durante media hora y a medida que el paciente comienza a movilizarse seguimos trabajando con las manos y la cabeza. La duración del tratamiento la determina el propio paciente, que es el que dirige la terapia, aunque se aconseja que para que el tratamiento se de por finalizado, se complete un mínimo de 12 sesiones. En el caso de los niños, podemos trabajar con menos tiempo por sesión y con una mayor frecuencia de estas, siguiendo sus indicaciones con respecto al orden de trabajo.

No importa si el paciente se duerme durante la sesión ya que esta actuará de igual modo o incluso mejor, ya que no habrá resistencias por parte del paciente.

Hay que tener presente que pueden surgir periodos de “reajuste interior”, durante los que se reproduzcan sintomas fisicos o actitudes mentales pasadas. Esto es un indicativo de que el proceso de sanación se ha iniciado.

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