Sanar heridas familiares

Cómo sanar las heridas familiares

Las heridas familiares pueden ser las más profundas, pero la familia es lo más importante del mundo. Vale la pena el esfuerzo que cuesta recrear los vínculos. Aquí tienes algunos pasos para sanar las heridas familiares de forma efectiva.  

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Pasos

1. 
   Acepta que la sanación lleva tiempo. Nunca asumas que la actitud o comportamiento de alguien se mantendrá siempre igual. No asumas que tu actual actitud o comportamiento será siempre igual. El tiempo es el mayor sanador. Permítete a ti y a los demás tomar el tiempo que necesitan.
2. 
   
   
   Corrige las cosas si es necesario. Si has hecho algo ofensivo o doloroso para tu familia, una disculpa sincera y un verdadero esfuerzo por arreglar las cosas será de mucha ayuda. A veces la gente no cree que estés completamente arrepentido, pero con el tiempo, el esfuerzo constante conseguirá cambiar su opinión.
3. 
   
   
   Perdona. A veces no estamos para nada equivocados. Perdonar a alguien no significa permitir que continúe un comportamiento abusivo o dominante. Pero cuando alguien hace un esfuerzo por cambiar, saber que tienen tu perdón y apoyo les será de mucha ayuda. Hablar constantemente del pasado, o reprochar las equivocaciones pasadas sólo derrochará tiempo y profundizará la herida. Pregúntate qué te preocupa más, si justificar tu enojo, o simplemente ayudar a que esta persona que amas cambie para bien.
4. 
   
   
   Enfócate en el presente. Vivir el pasado no ayudará a sanar las heridas. Proponte objetivos como familia, y decide olvidar los enojos y amarguras, que sólo te impedirán avanzar.
5. 
   
   
   Busca construir, no derribar. A medida que avances y construyas relaciones más sanas, los tropiezos y errores serán inevitables. Concéntrate en comentar las cosas que están mejorando, será mucho más productivo que desalentarte por que la relación aún no sea perfecta (ninguna relación lo es).
6. 
   
   
   Ama siempre. Eres una familia. Define qué significa eso para ti, y actúa consecuentemente; mira el bosque y no el árbol. Y comprende que la gente recibe y da amor de distintas maneras. Si no sientes amor de alguien de tu familia, no significa que no te amen; puede significar que lo expresan de una manera que no comprendes. Intenta varias las formas en que demuestras amor. Si eres verbal, intenta ser afectuoso; si tiendes a comprar pequeños regalos para demostrar cariño, intenta dar ayuda a tu familia, haciendo la cena, o prestando el oído. Observa a qué responde mejor cada miembro de tu familia.
7. 
   
   
   Mira más allá. Las motivaciones que tiene la gente para tratar a los demás se basa en cómo se sienten con ellos mismos. Es difícil no tomarse las cosas personalmente, y muchas veces arremeterán contra ti cuando intentes acercarte. Haz lo mejor que puedas para no ofenderlos, y sigue construyendo pacientemente su autoestima, incluso cuando parezca que no está funcionando, o que se consigue el efecto contrario al deseado.
8. 
   
   
   Comprende que no puedes controlar a los demás. Puedes apoyar pacientemente, levantar, dar ánimos y perdonar, pero al final de cuentas, cada cual debe decidir por sí mismo qué clase de persona quiere ser. Puedes amar a un miembro de la familia por siempre, incluso cuando su comportamiento sea tal que resulte mejor distanciarte de él. También puedes rezar por ellos, si crees en la oración. Pero recuerda que las decisiones de los demás no deben entorpecer tu crecimiento como individuo. De hecho, al ver la paz y alegría que cultivas en tu vida, podrían sentirse motivados a cambiar.
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Consejos

• Ama siempre.
• Perdona a los demás y a ti mismo
• Busca la compañía de familias que sean un ejemplo de lo que quieres que sea tu familia; ¡te darán excelentes ideas!
• Cambia las formas de mostrar cariño, y fíjate qué familiar responde mejor a ellas
• Haz cosas que te hagan crecer como individuo
• Aprecia las rarezas y la individualidad de tu familia
• Diluye las situaciones hostiles con sentido del humor: la risa es la mejor medicina y reduce la tensión