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sábado, 20 de diciembre de 2014

Aquello a lo que te apegas... sera lo que te cause sufrimiento

Aquello a lo que te apegas será lo que más 
te cause sufrimiento.

Venezolanos, y a todos los individuos del Universo;  hagamos una pausa y pensemos: : “pero, ¿qué sucedería si, antes de que ocurra una crisis, realizamos voluntariamente la entrega de nuestras preocupaciones (cualquiera que sea)?”. Casi todas las religiones hablan de la entrega a la voluntad divina, pero esta vez, encontremos una forma fácil para hacerlo, empecemos a practicarlo con mucha cautela, pues tenemos miedo de perderlo todo, esto se debe a la errónea percepción de un Dios castigador.

-Aquello a lo que te apegas, eso que no quieres dejar ir porque piensas que es tu única fuente de placer o seguridad, será lo que más te cause sufrimiento.

Tu plan de vida no es solo tuyo, es parte de un gran plan, debes estar en armonía con el resto de los otros planes humanos. Sin embargo, nos comportamos como si estuviéramos solos en el planeta. Toda célula tiene su propio plan colectivo, su labor protegiendo el cuerpo que habita, de no hacerlo se comportarían como las células cancerosas que terminan por matar el propio medio donde viven.

Cuando empecé a hacer la conexión diaria, al estar dispuesta a cumplir mi plan, poco a poco, vi cómo mi miedo a soltar se convirtió en certeza, al ver la hermosa evidencia de un orden mayor a mis propias ideas. Me di cuenta de que la paz que sentía no tenía precio. Y no estoy hablando de tener una experiencia sobrenatural de iluminación o de ver ángeles por todos lados, aunque sí creo que ellos existen. Con sencillos pasos:  la aceptación, la observación, el agradecimiento, la entrega, el y desprendimiento, encontré la plenitud, la aceptación de que hay un orden y que cuando estoy viviendo un reto es porque forma parte de una lección que necesito aprender. Cuanto más pronto la aprenda, más ‘rápido’ seguiré con mi vida.

La aceptación no es lo mismo que la resignación. Cuando mi madre, quien padece de Diabetes Mellitus, tuvo un infarto cerebral, para ese momento mi nivel de conciencia era bajo, no aceptaba, no entendia, y sufria...hoy dia como tengo la conciencia de que existe un orden inteligente, yo digo “gracias, Dios mío, por esta lección, no puedo hacer absolutamente nada para cambiar el resultado de lo que vaya a suceder, pero sí puedo escoger, actuar de la mejor manera y elegir cómo respondo a las emociones que estoy sintiendo”. Sentía tristeza, ansiedad, mil cosas me pasaban por la mente, es algo natural en la vivencia de un ser humano que experimenta una pérdida o un cambio. El problema nace cuando te resistes y te quedas sumido indefinidamente en el sufrimiento y te afliges pensando, “por qué me pasa esto”, “no me lo merezco”. La lucha con el Universo trae sufrimiento al no aceptar que el sentimiento de tristeza es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Las emociones no se pueden controlar, sólo se pueden manejar, al sentirlas, experimentarlas, observarlas y discernirlas. Son parte de la vida. El sufrimiento es otra cosa, es cuando resistes lo sucedido.

Ahora mi madre reside en un lugar donde la cuidan y se encuentra mucho mejor que antes. Hoy actúo, pero no lucho contra aquello que me es imposible cambiar. Lejos de la resignación, se trata de actuar, fluir y elegir; estar alineado al Orden. Muchas veces no resulta ser lo que yo quiero, pero creo que Dios siempre tiene una mejor idea sobre el desenlace de cualquier situación. Finalmente, me doy cuenta de que es así.

-¿De qué modo ocurre esa conexión con la divinidad?

Siempre estamos conectados a la divinidad, no hay forma de no estarlo. Nuestra conexión natural con un orden superior se ha perdido al estar oxidada por el miedo, la ansiedad, por el rencor y la avaricia. Una vez tienes una conexión consciente con Él, puedes sentirlo en cualquier lugar; no depende de dogmas o religión, por ejemplo, yo lo hago en mi estudio (mi templo sagrado) y de vez en cuando voy a una iglesia  pero otros irán a una mezquita, a un templo, pero igual puedes hacerlo en el parque, en contacto con la naturaleza. Existen unos pasos específicos que te ayudan a lograr esa conexión, entre los cuales, el principal trata sobre la entrega voluntaria del libre albedrío, que es cuando das el permiso a que la voluntad de Dios trabaje tu situación. 

-Nos encanta identificarnos con el rol de lo que hacemos.  Conozco a una señora anciana que vive en la Casa Hogar donde atienden a mi madre; ella había sido juez y aún continuaba intimidando a todos, como cuando era juez, incluso se sentaba sola y daba manotazos en la mesa. Debemos tener cuidado de no confundir lo que somos con el rol que cumplimos. Somos seres espirituales, almas que estamos experimentando y dando servicio a través de la labor que hacemos en un momento determinado, pero no somos lo que hacemos. No eres tu trabajo, no eres tu cuerpo, no eres tu historia.

Hay una ley del Universo, la Ley de la Compensación, que en algunos casos explica la perdida de empleos y nuestra crisis actual. Muchos de nosotros hemos escogido trabajos que no son los que realmente hemos venido a hacer, pero los hemos tomado por seguridad económica, porque era lo que hacía nuestro papá, o simplemente creyendo que no había otra alternativa. Si estás en un lugar donde tus talentos no son utilizados al máximo, el orden te moverá a una mejor posición, si lo permites. Yo propongo que, si masivamente hemos perdido los empleos, es momento de perder la distracción exterior y mirar hacia nuestro interior. Muchas veces cuando perdemos aquello que pensamos es nuestra fuente de seguridad, tenemos que, por obligación, regresar a nuestra espiritualidad.

No des poder a pensamientos de crisis. Cuando sólo confías y dependes de algo fuera de ti, esto se convierte en tu amo, creando miedo y ansiedad. En cambio cuando confías y estás dispuesto a ser una herramienta para el plan de Dios, Él gestionará todas tus áreas de vida incluyendo la económica, la emocional y la de la salud. En este momento Él, se convierte en el administrador que coloca tu vida en orden. Cuando estás en la conexión, es como si prendieras una luz verde que señala al cielo que estás dispuesto a cumplir tu parte del plan para ti y el resto del mundo. De inmediato se abren puertas que nunca hubieras imaginado.. a mí me ha pasado. Comienzas a recibir lo que necesitas, no necesariamente lo que quieres. Mi invitación es no mirar afuera la crisis. Si colectivamente estamos inmersos en la creencia de que no hay lo suficiente para todos, atraeremos lo que no queremos. Coloca tu pensamiento en Dios, en el servicio, en el amor, en el agradecimiento de las cosas que no tienen precio, tu familia, la salud, la naturaleza.

-¿Se acaban los problemas y empiezan las oportunidades cuando te alineas con el plan?

-No se trata de creer que no tendrás más problemas, porque dentro de ese plan te llegarán lecciones, desafíos, pero éstos ya no podrán quitar tu paz , no te quedas en cada prueba sufriendo. Si estás alineado con tu plan, la abundancia comienza a fluir, porque empiezas a dar y automáticamente a recibir.

-¿Y qué pasa con la abundancia y la prosperidad, conceptos muy manidos en estos tiempos de cambio?

-La abundancia es estar feliz y agradecido de lo que tienes, no importa si es poco o mucho. No significa que te resignes, sino que disfrutas lo que tienes. Es estar consciente y en plenitud. Prosperidad significa que aquello que tienes se acrecienta. Como vemos, abundancia y prosperidad no son lo mismo. Por otra parte, observemos las señales que enviamos al Universo cuando decimos, por ejemplo, “soy humilde y no me interesa el dinero”. Una vez le pregunté a un maestro: “me da miedo que el dinero me cambie”, él me dijo: “No te cambiará si no permites que él se convierta en tu amo”. Muchos pierden fortunas y otros nunca llegan a tenerla, y las razones obedecen a que algunos vulneran las leyes universales. Es importante saber que tu cuenta de banco no determina tu grado de espiritualidad, ni tampoco de paz.

-Para alcanzar un objetivo, dentro del cumplimiento de ese plan, puedes encontrar eventualmente una encrucijada. ¿Qué haces?

-Dejar de lado la necesidad de alcanzar un resultado específico. Cuando te desprendes de los resultados, inmediatamente estás dando una oportunidad a que Dios y Su inteligencia te vaya mostrando momento a momento, cuál es la mejor alternativa. Ocurre que si te apegas a un determinado trabajo, pareja, u objetivo, es muy peligroso porque no sabes quién te habla al oído, si tu ego o tu voz interior. Un deseo va tras un objetivo específico, mientras que un sueño tiene como único objetivo llevar tu propósito con amor.

-¿Cómo sabes si es uno u otro?

-La voz interior nunca viene con culpas, sino que te da paz. Yo le llamo “el con-paz”. Si tú sientes paz en el alma, usualmente es el camino correcto. Pero cuidado porque algo puede darte felicidad y no ser lo correcto. Mejor usar el discernimiento y si no estamos seguros, detenernos. El corazón siempre debe estar alineado con el intelecto y el alma, de no estarlo tus emociones de conflicto te lo dirán.

-Valores y prácticas positivas. ¿Cuáles destacarías más entre ellos?

-Entre los valores me encanta la compasión, que es la habilidad de ser un canal para que el amor de Dios llegue a través de ti a los más necesitados. No confundamos la compasión con pena o la lástima, la pena indica duda, es un juicio y falta de confianza en Dios y su plan. Solo puedes ayudar desde el amor. Y de las prácticas positivas, me quedo con la oración, que es hablar a Dios con el corazón; que tampoco hay que confundir con el rezo, el repetir sin estar consciente y que puede convertirse en oración cuando lo hacemos sintiendo, pensando y desde el alma. El Padre Nuestro es una oración maravillosa, mística, mágica. La digo cuando quiero estar en paz, porque lo consigo en tres segundos, instantáneamente, es una poderosa oración de conexión inmediata.

Existen rezos para diferentes religiones, diferentes formas de encontrar la paz interior, los repites y se convierten en mantras. La oración es una luz de bengala al cielo y recibes Su respuesta a través del silencio, que es la forma en que Dios nos habla.

- Los hombres siguen alejados de estos temas. ¿Por qué?

-Al hombre se la ha pedido que sea quien resuelva todos los problemas, desde niño tiene sobre sus hombros la responsabilidad de manejar y tener control sobre el mundo, sin mostrar sus emociones.
Pedir ayuda para un hombre es símbolo de debilidad. Si no encuentra una dirección mientras va conduciendo el coche, se niega a detenerse para pedir ayuda y llegar a su destino, imaginemos lo que le cuesta pedir ayuda en estas cuestiones…. El hombre necesita escuchar a la mujer, ella le regalará la sensibilidad y le ayudará a expresar su vulnerabilidad. La mujer necesita también cambiar la forma en que ve al hombre, que en una conducta aprendida cree que él debe resolver todos los problemas. Nosotras debemos tomar nuestro rol, la responsabilidad de no dudar y creer en nosotras mismas, e invitar al hombre a aceptar que está bien no saber cómo llegar adonde quiere y pedir ayuda para lograrlo. El hombre debe permitir y validar el poder femenino. El poder femenino es intuitivo, creativo, nutritivo. El masculino es acción, poner en práctica las ideas. "El hombre y la mujer son dos alas de la misma ave, que necesitan estar a la par para levantar su vuelo".

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