Antes de desarrollar este tema, es importante entender que todo, absolutamente todo lo que nos rodea está mínimamente integrado, nada está hecho al azar, ni nada está separado de nosotros mismos, es decir, el hecho de que vivamos en el país donde vivimos, tengamos un trabajo específico o estemos en paro en estos momentos, los problemas que atravesamos con nuestra pareja, hijos o familiares, que en determinado momento perdamos las llaves del coche, nos cortemos un dedo mientras cocinamos, se dañe la vajilla, tengamos una tos persistente o nos dé gripe, dengue o Chukungunya, no son hechos aislados que ocurren por “casualidad”, porque de facto, la casualidad no existe.
Entender este concepto seguramente desde nuestra mente racional-mental-humana, nos puede parecer bastante complejo e irracional, pero lo cierto es que todo lo que nos ocurre y nos rodea forman una parte integral de nosotros mismos.
Todo lo que ocurre afuera de nosotros es un vivo reflejo de lo que ocurre dentro de nosotros y de la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos, por lo tanto se manifiesta de alguna manera para crear una “alerta” y llamar nuestra atención obligándonos a repararlo, por ejemplo: a través de un evento (traumático o no), de algo material (objetos, dinero, etc) o a través de nuestro cuerpo.
En la medida que asumamos nuestra responsabilidad en cada cosa que “creamos” y nos preguntemos “¿para qué está pasando esto?”, en esa medida tendremos control sobre nuestra mente y nuestros pensamientos y seremos capaces de manifestar lo que realmente nuestro SER nos pide mediante estas señales, para que sanemos, elevemos nuestra vibración y podamos seguir creciendo.
Una vez entendido este concepto, es importante saber que el cuerpo humano es la maquinaria más eficaz y compleja jamás creada, por lo tanto, está diseñada para funcionar en “COHERENCIA”, es por eso que entra en “shock” cuando pensamos una cosa, decimos otra, hacemos otra completamente distinta y encima de forma inconsciente, “SENTIMOS” que algo no concuerda internamente y es cuando entonces, desesperadamente se activan las alarmas para que pongamos atención en eso y creamos las situaciones que repararán lo que está en incoherencia.
Más allá del hecho de que vengamos a experimentar una experiencia humana muchas veces con cargas de vidas pasadas por situaciones no resueltas, a este equipaje se le suman las cargas de esa familia que hemos escogido para “aprender” con todas las improntas de ese árbol y de aquellas que durante generaciones, no han podido ser trascendidas, es decir, en nuestro árbol familiar existen hechos que funcionan como huellas dactilares en nuestra información celular y que heredamos con la esperanza de que sean resueltas.
Cuando un árbol no logra sanar esos hechos, se convierte en un árbol toxico que va generando de forma muy bien pensada, hechos, sucesos, eventos y situaciones para que los miembros logren repararlo.
Trataré de ilustrar de una manera simple algún ejemplo que pueda ser esclarecedor, por ejemplo una pareja que se une con condiciones particulares, tales como: Hombre con adicciones al juego y actitud castradora hacia la pareja donde hay mucho maltrato emocional y físico y que encima pierde la fortuna familiar llevándola a la ruina, abandonando posteriormente a su mujer con sus tres hijos, esta mujer a su vez es una mujer sumisa, que ha tenido dos abortos antes de tener a sus hijos, con embarazos complicados y que luego desarrolla problemas de hipertensión y diabetes. Los hijos no son capaces de tener parejas estables a las cuales acaban abandonando o siendo abandonados, uno hereda la hipertensión de la madre y se descubre gay, el otro la adicción a los juegos con problemas económicos permanentes en su vida y el otro se hace banquero, estable económicamente, pero siente un rechazo enorme hacia su madre sin entender porque ha sido siempre una relación tan conflictiva.
¿A que te suena? conoces algún caso así? ¿Te preguntas porque de alguna manera repetimos patrones de nuestros padres o por qué heredamos determinadas manías, actitudes, situaciones que se repiten así sin más y sin haberlo pedido?
Veamos cómo y por qué ocurre esto basándonos en el caso anterior analizando el árbol:
El Padre: podría ser el “doble” de un tío que fue adicto a los juegos de azar y que nace justo en la misma fecha que éste se muere. Su madre nunca tuvo deseos de tenerlo, jamás tuvo afecto, viene de un hogar dividido y solían pegarle de pequeño, ya que su madre fue muy castradora. Como podemos observar, seguramente en este caso, habría que seguir analizando el árbol hacia los abuelos y bisabuelos para encontrar el origen de la situación no sanada, lo que está claro, es que él ha venido a tratar de repararlo (sin éxito) y encima ha sido el heredero universal de su tío muerto (nace el día que el muere y con ello hereda su impronta), arrastra la información inconsciente de “no ser merecedor de amor” por lo tanto tampoco no sabe darlo, replica el patrón de su madre con su mujer y al venir de un hogar dividido, lo repite por fidelidad a su clan familiar.
La Madre: Fue abandonada por su padre el cual nunca conoció y su madre muere al nacer ella, fue criada en un hogar del que nunca se sintió parte y ninguno de sus embarazos fueron planificados. Es evidente que hay una gran desvalorización también (no nací para ser querida) porque es la información que trae posiblemente desde el vientre de su madre, además de un oculto programa de que vivir es igual a ser abandonado, así que mejor es no nacer, seguramente su madre también fue maltratada, por lo tanto sumisa y además de seguramente no sentirse feliz ante la vida y su suerte, genera toda esta situación e hipertensión para que se sane lo que ha vivido. Si las arterias son las que llevan la sangre desde el corazón a todo el cuerpo (sangre=alimento, sangre=familia), la arteria cierra el paso de la sangre esforzando al corazón a bombear más para que pase la sangre a través de en un espacio más pequeño o mucho más grande de lo debido según sea el caso (corazón=hogar=padre, padre=proveedor de alimentos para casa), así que ella rechaza de manera inconsciente al padre (marido en este caso=padre) en su vida porque no soy merecedora de amor/no estoy a la altura y le cierra el paso (lo trata de echar fuera inconscientemente).
Los Hijos: Con este cuadro, ninguno de los hijos ha sido deseado porque ambos padres vienen con programas de ”no tener hijos”, debido a las circunstancias vividas por ambos padres y que los condiciona de forma ‘inconsciente” (por eso los abortos y embarazos complicados). Uno viene a sanar la ruina económica siendo banquero (lo que se perdió antes yo lo administró mejor), pero seguramente es doble de su padre y ve en su madre la doble de su abuela paterna por eso el rechazo, el otro es seguramente heredero universal de su padre y hereda su adicción a los juegos y su ruina económica (al igual que su tío) y el otro seguramente fue deseado niña (naciendo niño) y al ser doble de la madre rechaza la figura paterna que tuvo. Todos en el clan vienen de hogares divididos (muertes, separaciones, etc) y repetirán el patrón hasta que sea sanado y si éste no logra sanarse nunca, se generan todos los problemas de salud relacionados a esas emociones guardadas en el inconsciente, hasta que el árbol se extinga por ser tan tóxico (se generan casos de infertilidad, no se procrean más hijos, etc).
Esto suele ser mucho más complejo y largo de explicar, así que apenas he hecho un pequeño bosquejo de una situación que puede ser perfectamente la de cualquiera de nosotros y con ello lo que quiero reseñar con este ejemplo, es que a través de hurgar bien en nuestro árbol, podríamos dar explicación a mucho de los males que padecemos en nuestra vida y que no entendemos el por qué.
Como siempre, digo a los pacientes en mis consultas muchas veces lo que motiva a alguien a contactarme, es un hecho puntual de su vida actual (trabajo, dinero, pareja, depresiones o problemas existenciales), pero todas acaban en lo mismo: hay que ver el árbol familiar, es por eso que en las sesiones “desprogramamos” todo lo que tenemos como paradigmas, para limpiar la mente de la información basura que venimos cargando, para luego “encargarnos” de lo que si nos compete en esta vida que es: crecer a través de nuestras experiencias y ser felices.
Lo importante es entender que todas estas improntas NO SON NUESTRAS!
Así que el proceso requiere de un gran esfuerzo de nuestra parte para entrenar la mente “de nuevo” a funcionar en coherencia, desechar pensamientos y situaciones tóxicas y “cortar” lazos de herencias que no nos pertenecen y que nos van creando enfermedades y limitaciones a lo largo de nuestra vida.
El sólo hecho de entender “el que lo genera”, nos proporciona un alivio inmediato que se nota en los cambios conductuales y de pensamiento que tenemos después de descifrar los orígenes de nuestras carencias.
Una vez que comprendemos esto, es cuando entendemos por que cuando nos fuimos a cenar con unos colegas y fuimos los únicos que acabó ese día con dolor de estómago, o por qué es que somos alérgicas/os al marisco (o al polvo, o al polen), por qué atraemos parejas tóxicas, por qué tenemos asma y una hermana anoréxica, la causa de una infertilidad, por qué nos quemamos un dedo con la plancha y hasta la causa de un cáncer, es decir, podríamos hablar de un sin fín de situaciones más, pero solamente entendiendo el origen de esa emoción y cuando se genera, es que la integramos a nuestro consciente, por la tanto sanamos de forma casi que inmediata!
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